sábado, 1 de junio de 2013

DETRÁS DEL OBJETIVO


El fotógrafo dirige el objetivo de su cámara hacia el encuadre que enmarca su punto de vista. Nos muestra la imagen que contempla, y con ella el mensaje que desea transmitir.
Cuando contemplamos una buena fotografía, nos fijamos primeramente en el objeto principal que aparece en el encuadre. Luego, cuando ya hemos disfrutado de la imagen que salta a la vista, nos fijamos en esos otros detalles que hacen la imagen interesante, que complementan el mensaje. En la mayoría de los casos, aportan más que el primer plano. Son aquellos detalles que, por minúsculos que parezcan, destacan de manera inquietante en el paisaje. Miradas, posturas, sombras, personajes secundarios comienzan a despuntar  desde el segundo plano a medida que profundizas en la imagen. Surge la cuestión, el planteamiento sugerido por el fotógrafo, la duda que cuestiona aquello que al principio nos resultaba indiferente.
Nos ocurre cuando contemplamos la conocida foto de Robert Deusneau tomada en la terraza de un café de París. En ella, una romántica pareja se besa en mitad de la calle de una forma espontánea y natural.  Todos nos hemos deleitado con ese apasionado beso que se prolonga por más de cincuenta años. Nos fijamos en la postura forzada de los novios, en su precipitación. Pero hay algo más en la foto que aparentemente no llama la atención, y sin embargo le otorga a la misma esa atmósfera, esa magia que ha querido captar el artista y que la ha hecho pasar a la historia. Si nos fijamos en los transeúntes, percibimos el tiempo detenido. Todo lo que rodea a la pareja se ha quedado estático, excepto ellos. El tráfico, con ese desenfoque provocado por el movimiento, nos transmite el frenesí diario de los coches y transeúntes. Todos ellos acuden con prisa hacia su destino sin tiempo para observar a esa pareja que, frente a ellos, se besa apasionadamente. Todo el contexto de la fotografía hace visible ese instante detenido en medio de la rutina.
También podemos observar otra conocida foto, esta vez firmada por otro genio de la fotografía: Robert Cappa. Se trata de la muerte de un miliciano en la Guerra Civil española. Mucho se ha hablado de esta foto acerca de su credibilidad, no obstante, no es el tema que nos ocupa. En ella contemplamos el instante en el que un guerrillero republicano es abatido por el impacto de un disparo. Igual que en la foto anterior, contemplamos el primer plano, compuesto por el miliciano derrumbándose hacia atrás con los brazos abiertos. Eso es lo que vemos, la crueldad de la guerra. Pero la historia oculta de esta foto está detrás. El paisaje desolado y desértico donde se produce la contienda. Más de dos tercios de la foto son el cielo gris y el otro tercio es un campo de pasto seco. La soledad de la muerte. La indefensión, el absurdo, el vacío. Probablemente se puede interpretar de muchas formas posibles, pero no os dejará indiferente este paisaje que es un personaje tan importante como el guerrillero.
Algunas veces me han preguntado en qué se diferencia la novela del relato. Hay muchas teorías. Estoy seguro de que encontrareis decenas de ellas en internet, pero yo os voy a dar mi versión. Siempre he pensado que escribir un relato es como hacer una fotografía. La trama es lo que está en primer plano, la historia que está en la superficie, lo primero que salta a la vista, la intriga, la tensión. Pero luego existen una serie de detalles que son apenas perceptibles. Descripciones sutiles, personajes que aparentan ser secundarios, frases que a golpe de vista resultan anodinas pero que ocultan ciertas intenciones. Todos esos elementos forman el encuadre del relato y son los responsables de sostener la segunda historia que navega a la sombra de la trama. Es en realidad la historia que lleva implícita la carga temática del relato. La imagen que está detrás del primer plano y que, sin embargo, muestra el punto de vista del fotógrafo.
En la novela hay más espacio para recrearse en los detalles, describir pacientemente las situaciones, presentar con minucia a los diferentes personajes que van a convivir con el lector, y plantear los temas a tratar abiertamente. El relato es una imagen que nos sacude de golpe y a medida que pasan los días regresa a nuestra mente para plantearnos nuevos puntos de vistas, para hacernos cuestionar lo que aparenta ser evidente. Para escribir un relato hay que prestarle mucha atención a esos detalles minúsculos que, a la postre, servirán para que nuestra imagen valga más que mil palabras.
Punto y Seguido

8 comentarios:

  1. Un punto de vista muy interesante. Mirar lo aparentemente accesorio para ver lo esencial.

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  2. Fantástica entrada, Pedro. Nuestro álbum de familia surgió así, a partir de imágenes. Relatos como fotografías o fotografías como relatos. A veces, el principio de una novela también lo es.

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  3. ¡Me encantó la entrada, Pedro!
    La releeré cada vez que corrija alguno de mis relatos.

    En la foto de Robert Deusneau yo veo un túnel del tiempo, en los personajes principales: ella parece de los años´40 y él es un New Age de los ´80.

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  4. Gracias Inma, Isa y Andrea. Hay que fotografiar con palabras. Inma, lo esencial es invisible a los ojos (como dijo Exupery...) Isa, es verdad, cuántas historias surgieron de esas fotos de familia, cuántas cosas ocultaban. Seguro que fijándonos un poco más en ellas saldrían más historias. Andrea, es verdad, el hombre parece de otra época, es como si hubiese viajado!!!

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  5. La primera vez que vi la foto de Desneau pensé lo mismo que tú, Andrea. Aunque por el peinado yo diría que el tipo es de los 90. Muy buena entrada Pedro, una buena fotografía siempre esconde algo más entre luces y sombras, y un buen relato siempre cuenta más que la literalidad del texto.

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  6. Más vale tarde que nunca (mi comentario)
    Me pongo de pie ante esta entrada y hago reverencias a esa forma tan particular de utilizar el lenguaje, de plantarlo así desfachatadamente con esa cadencia tan generosa a los oídos, con un equilibrio casi perfecto. Amigo, no tienes ningún empacho no sólo en demostrarnos el dominio de ese andamiaje de palabras, sino que además nos das una pequeña muestra de tu conocimiento acerca de lo que es la Novela y el Relato, créeme que no tiene desperdicio. Me llama la atención la analogía que haces de las fotos. Me atrevo darte mi opinión, creo que las fotos son experiencia capturada. La cámara es el instrumento ideal de la conciencia en su condición más ambiciosa. Las fotos modifican y aumentan nuestras ideas de lo que vale la pena ver revelándonos un nuevo código óptico. Nos dan la impresión de que podemos abarcar todo el mundo en nuestra mente como si fuera una antología de imágenes. Todo aquello que se escribe de un evento o de una persona es apenas una leve interpretación de lo que una imagen logra comunicarnos. Por otro lado, me he tomado la libertad de leer tu blog acerca de México y me has dejado sorprendido con tus excelentes narraciones. Te agradezco por compartir esas experiencias tan perfectamente medidas en consistencia y por momentos con cierta carga melancólica que logra conmover hasta al más desalmado e igualado como tu humilde servidor.
    (Dirigirme de Ud. A tan honorables personajes es una muestra del respeto que sin duda ustedes me merecen. Ante esta antediluviana manera de expresarme he decidido faltarles al respeto y en lo sucesivo dirigirme de tú)
    Quedo a tus apreciables órdenes.

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  7. Gracias por tus palabras, Zaraceno, las cuales me insuflan ánimos para continuar. Es un honor ser el receptor de esos elogios, aunque me temo que no me siento merecedor de ellos. No obstante los acepto gustoso porque gracias a ellos voy a atreverme con algunas entradas más. También agradezco que nos cambies el trato puesto que a mayor confianza, más honestas serán las críticas.

    Para todo el grupo es un placer y un orgullo, compartir inquietudes y textos con personas tan respetuosas como tú y tan acertadas en la utilización del idioma común. Esperamos seguir contando con tu lectura y con tu escritura. Un abrazo

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  8. Hola Pedro
    Es curioso porque el ejemplo de sacar instantáneas de un paisaje o alguna imagen más o menos de la naturaleza, yo al equiparo a escribir un haiku, por eso de buscar el momento trascendental a partir de lo que se ve a simple vista.
    Pero ya de paso te comento que os estoy dejando el siguiente comentario a los siete:
    Buenas noches, aprovecho para deciros en varios comentarios que sepáis que os dejo un enlace a mi blog para que veáis que ya tenéis vuestro propio Liebster award blog. Más información en el enlace:

    http://pablosinbulla.blogspot.com.es/2013/06/los-elegidos-y-sus-preguntas.html

    No sé si lo aceptaréis o responderéis en conjunto o lo que prefiráis. Tenerlo, lo tenéis.
    Un abrazo.

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