jueves, 22 de agosto de 2013

LA JETÉE



La Jetée es una pequeña joya del cine de ciencia ficción. Un cortometraje de 1962, escrito y dirigido por el polifacético autor Chris Marker (cineasta, fotógrafo, escritor...).
Los títulos de crédito iniciales nos presentan La Jetée (El Muelle) como un photo-roman (una fotonovela) y es que Marker nos entrega esta historia en forma de montaje fotográfico filmado en blanco y negro, con una duración de 28 minutos, donde encontramos una sucesión de más de 400 instantáneas y una única escena en movimiento de apenas 3 segundos (literalmente un abrir de ojos).

La voz en off de un narrador externo es el hilo conductor que va hilvanando las imágenes que se suceden, oscuras y excéntricas, una tras otra, y confiere cohesión a la historia. La narración describe y complementa las fotografías de manera objetiva y sólo se concede el narrador algún breve apunte reflexivo de corte poético.



 «Nada diferencia los recuerdos de los momentos habituales.
Sólo más tarde se dan a conocer cuando muestran sus cicatrices.»

La banda sonora, sosegada y serena, acompaña a las imágenes de manera casi imperceptible para un espectador absorbido por la intriga de la historia que va narrando la voz en off y el poder expresivo de las fotografías. Esa sinergia entre imagen y narración es la causa por  la cual en ningún momento se echa de menos el movimiento propio de las escenas cinematográficas. El ruido de los motores de los aviones sobrevolando las cabezas de los personajes, una llamada de aviso a los pasajeros para embarcar y los inquietantes e indescifrables susurros de unos científicos que realizan unos experimentos son los escasos efectos sonoros de la obra.

En el minuto 18 asistimos a la única escena en movimiento. El primer plano del rostro de una mujer dormida cobra vida. Abre los ojos. Apenas tres parpadeos fugaces y una respiración que parece dibujar una sonrisa en su cara.


LA HISTORIA DE UN HOMBRE


«Esta es la historia de un hombre marcado por una imagen de la infancia»

En el muelle del aeropuerto Orly un niño presencia el asesinato de un hombre, en ese mismo instante la imagen del rostro de una mujer quedará grabada en su memoria para siempre. Poco después París será destruido.






(al final de la página se puede ver el cortometraje)

Y AÚN HAY MÁS...  ¡¡¡SPOILERS!!!

Un mundo post apocalíptico devastado por la 3˚ Guerra Mundial. La superficie del planeta inhabitable debido a la radiación. Los supervivientes, vencedores y vencidos, refugiados en un campamento subterráneo formado por redes de galerías y condenados a una muerte agónica. Científicos llevando a cabo desesperados experimentos con los prisioneros para intentar salvar lo que queda de la humanidad. Misteriosas inyecciones que hacen posible viajar en el tiempo a través de los recuerdos. Fracasos sistemáticos que acaban en locura o muerte. Un sujeto prometedor. Un recuerdo de la infancia arraigado fuertemente en la memoria. Una imagen del pasado que lo obsesiona desde niño. Donde otros enloquecen o mueren él sufre. Imágenes del pasado que dejan de ser una mera ensoñación y se consolidan como una realidad tangible. Un forzado viajero del tiempo. El reencuentro con el rostro del pasado. Amistad. Ella acepta con normalidad sus continuas apariciones y desapariciones. Amor. Él es su fantasma. Un viaje al futuro. Una unidad de energía capaz de poner en marcha de nuevo toda la industria de la humanidad. Objetivo cumplido. Recluido y olvidado. Una petición, ser enviado al tiempo de su niñez donde tal vez la mujer lo está esperando. Deseo concedido.


FIN Y PRINCIPIO



El hombre viaja una vez más al pasado, esta vez por voluntad propia, al aeropuerto de Orly, al día que él mismo siendo niño también se encuentra allí contemplando los aviones. Busca el rostro de la mujer al final del muelle, y al reconocer a un hombre del campamento subterráneo que lo ha seguido hasta allí, comprende que ese instante que le fue concedido observar cuando era niño y que le ha obsesionado durante toda la vida no era otro que el de su propia muerte.


Hay lagunas, cabos sueltos y preguntas que se quedan sin respuesta. Aún así es un cuento redondo. Una bella historia narrada de forma diferente donde principio y fin convergen y se confunden.

12 MONOS


Y sí, es el cortometraje en que se inspiró 12 Monos de Terry Gilliam. Y sí, es en francés con subtítulos en español. Así que amantes del Sci-Fi y/o del cine experimental, pasen y lean.



Mauricio Ciruelos
Punto y Seguido

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