lunes, 16 de marzo de 2015

EL CUENTO PANAMEÑO EN LA VOZ DE SUS AUTORAS

El pasado sábado 28 de febrero tuve mi primer acercamiento a las cuentistas de este país. Se trató de un encuentro informal en la Librería Exedra Books, encabezado por la lectura de un cuento de cada una de las autoras: Annabel Miguelena, Cheri Lewis G. y Carolina Fonseca. La charla estuvo moderada por el escritor Dimitrios Gianareas que realizó interesantes preguntas que fueron respondidas con humor y desenfado, casi como una tertulia donde el público intervino con sus comentarios.

Annabel, Carolina, Dimitrios y Cheri

       Las tres coinciden en que no existe una «Literatura femenina» como algo estanco y diferencial, porque todas han escrito algún relato desde una voz masculina, y porque prefieren llamarlo Literatura escrita por mujeres o Literatura en general. A esta respuesta sobrevino una pregunta casi lógica: ¿Es un reto escribir desde un punto de vista masculino? En esto se puede decir que también coincidieron, ya que hicieron hincapié en la importancia del tema, la voz y el tono para diferenciar este tipo de relato de aquellos escritos desde un narrador femenino. 


       Se le dedicó bastante tiempo a la honestidad dentro de la escritura, algo que se menoscaba si se pone distancia entre lo que se es y lo que se escribe. Carolina dijo que se nota cuando un escritor no es honesto, pero también dijo que cuando se comienza a escribir mucha gente se traiciona. Annabel habló de la diferencia entre imitar y tener influencias. Cheri hizo hincapié en la honestidad de los temas que se eligen. Esto derivó a la tentación de escribir bajo pseudónimo, pero es una manera de no estar implicado en la escritura, y hay que escribir desde la tripa, según Carolina Fonseca. Este tema dio para muchas sub-preguntas: ¿Escriben mentiras o verdades? ¿Escriben de verdad o de mentira? ¿Piensan en la honestidad cuando escriben? 


       Hablaron también sobre sus hábitos de escritura, y sobre si la escritura es trabajo o inspiración. Las tres opinaron lo mismo: Es una mezcla de ambos. ¿Y le temen a quedarse sin nada que decir? Para esta pregunta no hubo tanta coincidencia. Carolina Fonseca le teme más a no decir lo que quiere decir. Annabel Miguelena no se imagina teniendo ese temor, y Cheri Lewis G. sí tiene miedo a no escribir, a no tener ideas, pero para ella es más importante leer que escribir; en ese caso sería como no respirar.


       Luego vino la pregunta soñada por todos los que nos dedicamos a la escritura: ¿Qué se siente leer el libro de uno? Las tres convinieron en la autocrítica, en el deseo de mejorarlo, en la autoevaluación para seguir creciendo.
         Comentaron también sobre sus influencias y sobre incursionar en otros géneros. Y por último sobre la Literatura como terapia, como una manera de auto-conocerse y solucionar conflictos, como algo que alivia, que te responde, que te ayuda.


       Fue un placer conocerlas y escucharlas. Las tres leyeron alguno de sus cuentos, tanto al principio como al cierre. En el caso de Annabel Miguelena lo hizo desde una taza y una bolsa para llevar el tapete de yoga. Las tres tienen estilos diferentes. Las tres demostraron ser poseedoras de talento. Para mí fue una grata sorpresa descubrir la literatura que se hace en este rincón del mundo, un país entre dos aguas, caluroso y amable.

        
       Quiero dejarles una pincelada de las tres para que las conozcan, sobre todo del otro lado del océano, y al sur y al norte, donde esta literatura no llega.



ANNABEL MIGUELENA (panameña-1984), publicó: «Amo tus pies mugrientos», «Punto final», «Pedacito de luna» y la obra de teatro «Ana Mía».
Aquí va una de sus minificciones del libro «Amo tus pies mugrientos»:


Aquí va una de sus minificciones del libro «Amo tus pies mugrientos»:

Tratamiento

     Algunos dicen que es una verdadera loca y que ahí donde la ves, se come un muerto y no lo eructa. Otros comentan que pase lo que pase ella es la que siempre se echa el muerto. Si se lo come o si se lo echa es lo de menos. Lo urgente aquí es que se le dé tratamiento siquiátrico intensivo para tratar su necrofilia...



CHERI LEWIS G. (panameña-1974), publicó «Abrir las manos».


«(…) No vi en ella nada fuera de la común hasta que se le cayó el brazo. Me afectó el sonido hueco de su miembro chocando contra el suelo, aunque no tanto como el hecho de que lo recogiera con tanta tranquilidad, se lo insertara en el hombro y siguiera conversando.»
Del cuento «Mujer hecha pedazos»



CAROLINA FONSECA (venezolana-1963), publicó «Dos voces 30 cuentos» conjuntamente con Dimitrios Giannareas, y pronto saldrá su segundo libro: «A veces sucede».


«Es temprano, digamos las siete, y ella abre los ojos y siente, como otras veces, algo parecido a la tristeza; un huequito en el pecho; muy vago, tenue, y cierra los ojos. Vuelve a abrirlos porque es de mañana y está claro que hay que levantarse; sería inmoral, incluso inconveniente, quedarse un martes o un miércoles en la cama mirando el techo que no le dice nada, o las cortinas que atenúan la luz. Pero está ese huequito que la mantiene indiferente; un pequeño vacío que no sabe muy bien cómo, le pesa, al punto que le resulta difícil sacudirse la sábana u sentarse.»
Del cuento «Esos brotes verdes en la tierra»


Andrea Vinci
Punto y Seguido

3 comentarios:

  1. Andrea, muy buen resumen de la tarde divina que compartimos. Una tertulia relajada e interesante.
    Asistiendo a estos eventos apoyamos la movida cultural y literaria local; pero publicando estos Post o artículos, estás además difundiendo y ampliando su estela. ¡Enhorabuena!

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  2. Andrea, mil gracias. Me encantó :) Gracias por compartir. Abrazos

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  3. Es interesante, Andrea, tener un punto de vista nuevo sobre una literatura que dificilmente nos llegará a nosotros. En tu próximo viaje a España mete en la maleta algún libro de esa narrativa lejana para nosotros.
    Besote

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