martes, 14 de julio de 2015

LA CHICA DEL TREN (EL FENÓMENO)

Suele ocurrir en estas fechas más que en otras. Surge un libro, que como la canción del verano, nace siendo éxito, se queda con nosotros toda la estación, y luego se esfuma para ser rescatado unos años después en algún noticiero. 

En la mayoría de ocasiones, las cifras de ventas superan la calidad musical o literaria, según el caso. Pero sea cual sea la clave de su éxito, efímero o no, suelen tener legiones de seguidores que, con el paso de los años, se convertirán en nostálgicos a los que agradecer recopilaciones antológicas o sucesivas partes y/o ediciones

Nunca he sido muy amante de los éxitos del verano, pero tampoco me he resistido a ellos. Y menos aún, a los títulos sugeridos por las editoriales y por los afamados lectores devora-libros de la estación más calurosa del año. A veces, te llevas gratas sorpresas. Centrémonos pues, en lo literario, si os parece, o más concretamente en uno de los éxitos de este verano: La chica del tren (Autora. Paula Hawkins). 

Paula Hawkins y su libro: La chica del tren

¿Cómo un libro, (el fenómenos editorial del siglo, así lo llaman), de una autora desconocida, se cuela en nuestras vidas y en las  vidas de cinco millones de personas más, de la noche a la mañana? Nunca antes se había vendido tal cantidad de libros en tan corto espacio de tiempo. (En España lleva 7 ediciones en un mes). Ni El Código Da Vinci, ni Harry Potter, ni Cincuenta sombras de Grey... Y, aunque el boca-oreja ha funcionado de manera casi descontrolada, no fue así como llegó hasta mí. Yo lo encontré, (o él me encontró a mí, me gusta pensar esas cosas), navegando por internet. Primero, apareció en una red social literaria, luego en Twitter, publicitado por diferentes librerías, y así, fui encontrándomelo casi en cada página que visitaba, hasta que decidí, (o acaté la orden subliminal lanzada desde tantos frentes), que tenía que leerlo cuanto antes. Para que luego digan que no sirve de nada lanzar una imagen o un reclamo publicitario en la red.  

Antes de saber de qué trataba o quién lo había escrito, yo ya tenía la portada grabada en mi retina y el título escrito en mi agenda. ¿Por qué? Muy fácil. Lo comentaba más arriba: 

Escritora desconocida vende millones de ejemplares de su primer libro conocido, (antes escribió novela romántica bajo seudónimo, con más o menos suerte, y antes aún se dedicó al periodismo), lo comercializa a más de cuarenta países, cede los derechos para ser llevado al cine y todo en tiempo récord. A alguien que gusta de leer y escribir, con más o menos suerte también, le interesan estas cosas.

¿Qué tiene ese libro? ¿Con qué clave ha topado esta desconocida? No hay mejor manera de averiguarlo que leerlo. Y eso hice. Leer La chica del tren. En tiempo récord, que para eso es un libro de récords. No llegó a tres días, teniendo en cuenta que tiene un total de 496 páginas. Prácticamente me lo bebí a la velocidad del AVE y no a la de un tren de cercanías, como en el que viaja a diario Rachel, la protagonista de la novela; por algo lo denominan un libro pageturner, (pasapáginas), porque su nivel adictivo es muy alto. 

Pero, ¿de qué trata? ¿Cuál es el argumento? Rachel es una mujer treintañera, deprimida, que acumula una serie de desdichas personales, (divorcio, despido, adicción al alcohol y a la fabulación, obsesión con su ex, etc), y atraviesa una crisis personal importante. Cada día coge el tren de las 8:04 hacia Londres. Desde el tren puede observar no sólo la vida de su ex-marido y su nueva mujer, Anna,  sino la vida de unos vecinos desconocidos con los que comienza a fantasear. Son la pareja perfecta, algo que ella no consiguió en su matrimonio. Un día, ve algo. La chica, Megan, desaparece y Rachel, cree tener la clave de lo ocurrido y decide investigar por su cuenta. Pero, como en todo buen thriller psicológico, nada, ni nadie,  es lo que parece. 

El argumento destaca no por la novedad, sino por la modernidad del enfoque, como leí en un artículo de El Correo

"Como tanta gente, todos los días viajaba en tren para ir a Londres a trabajar. Me encontraba con los mismos pasajeros, con los que se establece una relación peculiar, y al mirar por la ventanilla veía a las personas en sus salones un día tras otro y me preguntaba cómo serían sus vidas".
Paula Hawkins

Paula Hawkins

Las mujeres tienen una especial sensibilidad para ver lo extraordinario dentro de lo cotidiano. En esta novela, una joven pasajera descubrirá un misterio criminal en el anodino paisaje urbano que ve pasar todos los días por delante de su ventanilla. 
J.M. Plaza.
(El Mundo)


Antes de leer que el libro había sido recomendado por Stephen King y por varios actores hollywoodenses, que se había etiquetado como thriller psicológico o que incluso había sido comparado con La ventana indiscreta, Perdida o Extraños en un tren, yo ya iba por más de la mitad de sus páginas y no podía entretenerme en otra cosa que en seguir bebiéndome esos diarios que componen la novela, los de tres mujeres bien definidas, tan distintas como iguales, que nos van contando episodios de sus vidas, que terminan por coincidir en el tiempo, ya al final del libro. Ellas son: Rachel, (la chica del tren), Anna, (la mujer de su ex) y Megan, (la desaparecida).


Paula Hawkins

El libro está narrado de forma ágil y dinámica y al darle voz a las tres narradoras, que cuentan su versión de la historia en un  ambiente opresivo y en un juego de espejos continuo, hace que se vivan momentos de desequilibrio, tensión y angustia que impiden que dejes de leer y prosigas tu vida sin más. Quieres saber. Quieres saberlo todo YA. Por eso vuelves una y otra vez a él, hasta que lo terminas y al fin, puedes descansar y dar el paso siguiente, que no es otro que recomendarlo: Quieres que otr@s sufran lo que has sufrido tú, y desde la perspectiva que da el conocimiento de saber cuál es su final.

Así pues, adelantes sufridores, atreveos a coger el tren de las 8:04 con destino a Londres. Os recomiendo que toméis asiento junto a Rachel, si aguantáis su persistente olor a alcohol, que os atreváis a escuchar sus mentiras y sus medias verdades, que no renunciéis a odiarla y a quererla el mínimo exigido para crearos algún tipo de duda que incline la balanza a su favor. Y tened siempre presente, que vosotros no la conocéis, pero que ella a vosotros sí. 

El misterio del Fenómeno de ventas de La chica del tren,  os será desvelado cuando terminéis de leerlo. Si lo empezáis hoy mismo, antes del fin de semana, tendréis la respuesta. Venid a compartirla. Y, contadme si es merecido el éxito desmedido de este súper ventas o no. Os espero en la parada final, esa que llega a Londres, la ciudad donde habito.  



Punto y seguido








1 comentario: